¿Dónde van les lingüistas cuando llueve?

Por Laura Ramírez, Marisol de los Ríos, Noelia A. Stetie, Ailín Franco Accinelli y María de los Ángeles Chimenti


Entrevista al equipo del CELES (UNSAM)

Ponerse a buscar lingüistas en Argentina puede ser una tarea ardua (si lo sabremos nosotres). Primero, porque más allá de algunos institutos de larga tradición que usualmente engloban a grandes cantidades de investigadores del área, les lingüistas solemos estar disperses, insertes en institutos de humanidades, psicología, filosofía, antropología o incluso, algunes, ya adentrades en el terreno de la inteligencia artificial, las neurociencias y las exactas (¡aunque usted no lo crea!). Esta dispersión que, si bien nos nutre muchas veces de interdisciplinaridad (cuando efectivamente el lugar de trabajo es algo más que un nombre en un papel), muchas otras también nos aísla de los debates de nuestra propia disciplina, nos deja sin enriquecer nuestros saberes y discusiones sobre aquello que es intrínsecamente nuestro tema.

Esta búsqueda por un espacio de trabajo real, tangible, utilizable y común para debatir entre pares dio lugar al Centro de Estudios del Lenguaje en Sociedad (CELES). Por el año 2016, Florencia Rizzo formaba parte del Instituto de Lingüística de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Cecilia Magadán estaba dando clases en el Joaquín V. González y en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), donde también estaban Virginia Unamuno y Juan Bonnin, quien tenía su lugar de trabajo en el CITRA. Les cuatro ya eran investigadores formades con amplia trayectoria, tenían papers publicados en sus correspondientes temas y, si bien las ganas de intercambiar y fomentar otra forma de construir conocimiento les aunaba, no contaban con un lugar físico que les reuniera. El punto común lo encontraron en la UNSAM, una universidad que, además de abrirles las puertas a la idea de crear un nuevo instituto de investigación, les brindaba el espacio para materializarlo. Ese año nació el CELES. 

La idea era crear un centro que permitiera articular con distintas áreas de la disciplina y con la docencia, tarea que hoy por hoy todes sus integrantes realizan en distintos niveles. Cuando comenzaron a pensar cómo iba a ser el Centro, lo articularon alrededor de cuatro grandes núcleos de investigación que se entrelazan. Entrar a la página del instituto, ver las investigaciones de sus integrantes y los distintos proyectos que han asumido en estos años es encontrarse con un universo sumamente heterogéneo. Estas cuatro líneas de investigación son: lenguaje y acceso a derechos, plurilingüismo y pluriliteracidad, lenguajes digitales y alfabetizaciones multimodales, y políticas del lenguaje. Pero estas líneas no solo fueron pensadas en función de articular los intereses de sus integrantes, sino con la idea de dialogar con otros espacios que también habitaban, como la UBA, el Joaquín y el Lenguas. A su vez, la intención no era solamente coordinar con la aislada como nunca antes AMBA, sino también con equipos de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y la Universidad de Santiago del Estero (UNSE), entre otros.

Separades, pero nunca en soledad

Estas líneas de investigación se encuentran en una forma de trabajo. La mayoría de los proyectos de investigación suponen un trabajo de campo entendido en un sentido amplio: no solo de quienes van a observar clases a escuelas o construyen conocimiento en conjunto con otras comunidades lingüísticas del país, sino que incluye también el trabajo de archivo, la comunicación y la interacción digital. Así, entre lo etnográfico y el análisis textual sobre los discursos, se mueven y conjugan las distintas líneas de investigación del equipo y sus integrantes.

“Tenemos una forma de trabajo muy vinculada al campo, a los trabajos en el campo. La mayoría de los proyectos de investigación que tenemos son no tanto de investigación bibliográfica, sino de trabajo de campo, de trabajo de archivo y creo que ahí tenemos un punto en común”.

Lucía Godoy

Pero algo que aúna tanto a estas líneas de investigación como a quienes las llevan adelante tiene que ver con una forma de concebir la construcción del conocimiento. Para les integrantes del CELES, el conocimiento se construye con les otres, con las personas que forman parte del “campo” sin lugar a dudas, pero también con quienes se debate día a día en la oficina. Ese es el lugar que hoy, en el aislamiento, todes reconocen extrañar. Porque el centro no es simplemente el lugar al que se va a estar frente a la propia pantalla, el CELES es un lugar al que van a debatir y poner en juego las propias ideas y proyectos. En este punto, es un espacio joven cuyas ideas fundacionales no son ideales de mármol, sino propuestas activas y concretas. 

Desde el trabajo con las investigadoras en formación del centro hasta los proyectos grupales, siempre se impone la lógica de la construcción conjunta. Tanto investigadores formades como en formación destacan el rol del espacio compartido como un lugar para consultar a les otres, para plantear las angustias y dudas que en el mundo de la investigación también existen (y a veces abundan).

Para las becarias, rompiendo con una lógica más tradicional del mundo académico, los intercambios no se restringen al diálogo con sus respectives directores; la transversalidad se impone también en ese espacio. Los intercambios se dan entre pares y con les demás investigadores del instituto. Sus integrantes encuentran en el CELES un espacio seguro para poner en palabras esas trabas e imposibilidades, y así generar movimiento. 

En esta misma lógica, las direcciones y codirecciones de los proyectos colectivos se definen entre los intereses y las posibilidades, pero siempre existe la invitación constante al desafío de moverse entre las distintas temáticas y formas de trabajo. El último proyecto colectivo que encararon se encuentra en el polo más etnográfico y es una buena muestra de la lógica de trabajo del equipo. Este proyecto, titulado “Alfabetizaciones multimodales y repertorios sociolingüísticos: un abordaje etnográfico de las nuevas prácticas de lectura, escritura y oralidad en las aulas de educación secundaria”, se centra en la oralidad y la escritura en la escuela y se encuentra conformado por miembros no solamente del centro, sino también de otros grupos afines. Si bien implicaba inicialmente un trabajo con escuelas de lugares cercanos a la UNSAM, como Villa Ballester, fue creciendo: se incorporaron un profesorado de la zona y escuelas y espacios de formación docente en CABA. Actualmente también se encuentran trabajando con un equipo radicado en Bariloche. 

Antes de ir a las escuelas, realizaron reuniones de trabajo en las que discutieron con todas las personas que formarían parte del trabajo etnográfico —muches de elles estudiantes— diferentes cuestiones: qué es la etnografía, qué es la etnografía educacional y cuáles eran los objetivos. Luego de aquellas primeras reuniones de formación, que destacan como absolutamente enriquecedoras, se conformaron los equipos que durante cuatro meses fueron todas las semanas a las aulas. Cada equipo estaba integrado por investigadores formades, en formación y otres integrantes del proyecto. Cada quince días, se reunían para discutir los avances y en función del debate redefinir el proyecto y comenzar a analizar los datos que más tarde se comunicarían. En esas charlas, por ejemplo, surgió la necesidad de incorporar entrevistas al trabajo de campo que ya se venía realizando.

La voz de les lingüistas

Una segunda razón por la que es difícil encontrar lingüistas de forma accesible es porque sorprendentemente muchas de las notas que circulan sobre lenguaje, análisis de discurso o incluso lenguaje inclusivo (o lenguaje incisivo) no están escritas por lingüistas. Muchas veces somos les últimes en tomar la palabra en temas que nos competen y esto también es una preocupación para quienes integran el CELES. Para elles, la transferencia y la divulgación son una parte integral de su trabajo como investigadores. Estas tareas —que en muchos casos son postergadas por considerarse accesorias— son entendidas como otra pata esencial del mismo trabajo. Basta con googlear a sus integrantes para encontrarse con los trabajos que han hecho, no solo en publicaciones en revistas científicas, sino en relación con sus aportes en medios de comunicación. 

La página del CELES cuenta con una sección de producciones en la que, además de estar a disposición las publicaciones en revistas científicas del equipo, pueden encontrarse materiales didácticos para los distintos niveles educativos: destacan, por ejemplo, materiales en wichí para el nivel inicial y primario

Sin embargo, su trabajo de comunicación en Lingüística y su compromiso con estos temas no se agota en la publicación de materiales en su página ni en la intervención en espacios a les que son invitades por la comunidad. Esta búsqueda les hace adentrarse en lugares más incómodos, en los que sus saberes son cuestionados. En 2017, parte del equipo fue convocado por el Laboratorio de Funciones Cognitivas de la Facultad de Medicina de la UBA para realizar talleres y materiales para fonoaudiólogues residentes. Los talleres acerca de la diversidad lingüística e interculturalidad en interacciones vinculadas a la salud buscaban, entre otras cosas, dar cuenta de cómo las desigualdades lingüísticas afectan a las personas y el acceso a sus derechos. En este sentido, el bilingüismo de hablantes de lenguas indígenas llega a ser percibido como una “enfermedad”, tal como lo explica Juan Bonnin en esta charla TED; de ahí que la transferencia y divulgación en lingüística de calidad es uno de los compromisos del CELES. Y ahora que estamos en el marco del aislamiento, pero en las antípodas del encierro en una torre de marfil, quebrantar la lógica de la construcción colectiva y dialogada cobra otro sentido. A la espera de una vacuna, la comunicación de nuestras temáticas parece menos importante que nunca, aunque de hecho sea vital.

Lingüística en pandemia

El ASPO afectó la dinámica cotidiana de les integrantes del CELES, que extrañan contar con un espacio de trabajo y con la interacción diaria con otres lingüistas. Actualmente, se encuentran buscando la manera de reconstruir los espacios de intercambio formales e informales que el CELES siempre tuvo como objetivo fundacional. 

“Las personas con las cuales trabajamos no tienen acceso a internet, no es una comunicación que uno pueda seguir sosteniendo como en otros campos. Entonces uno se replantea de qué modo trabajar. En nuestro caso, decidimos poner el proyecto al servicio de estas nuevas condiciones sociales”.

Virginia Unamuno

Pero esta situación no solo ha obligado a buscarle la vuelta a la cotidianeidad, sino que ha hecho que los proyectos deban redefinirse. Así, por ejemplo, Virginia Unamuno, que coordina un proyecto cuyo trabajo de campo tiene lugar en las provincias de Chaco, trabaja sobre lenguas originarias. Las poblaciones con las que trabajan hoy se encuentran en una situación de suma vulnerabilidad. Con la comunicación limitada, decidieron poner el proyecto al servicio de estas nuevas condiciones sociales. El nuevo objetivo es colaborar con les docentes indígenas en contexto bilingüe y acompañarles en la producción de materiales didácticos y elementos que necesitan para el trabajo en condiciones de ASPO.

Además, tal vez casualmente, o no, sus integrantes se han apropiado de las redes sociales para seguir trabajando en esa otra pata integral del trabajo de investigación: la comunicación científica. Así, Juan Bonnin forma parte del equipo de Corona consultas y de #InfoDeLaBuena; Paula Salerno creó y coordina Discursópolis, una página destinada a difundir el análisis del discurso; y Julia Otero codirige Lengua Franca, una asociación civil dedicada al derecho a la comunicación. 

El CELES es un instituto joven y con una premisa que lo atraviesa tanto en sus proyectos grupales como individuales: el conocimiento se construye de manera conjunta. Su dinámica de trabajo les impone a sus integrantes el desafío constante de salir de sus prácticas habituales, desde lo metodológico y con relación a sus interlocutores. El Centro busca erigirse en un espacio de referencia nacional e internacional en estas esferas de la práctica, tal como lo dice su presentación en la web. Sin lugar a dudas, pone en diálogo distintas líneas de investigación y se obliga a tomar la palabra de sus integrantes. Así, nos están mostrando un nuevo lugar adonde ir a buscar lingüistas. 

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