Lingüística con los pies en la tierra

Por Laura Ramírez, Marisol de los Ríos, María de los Ángeles Chimenti, Juan Krojzl, Nicolás Arellano y Eugenia Sciutto

Ilustración original: @LIRAVEGA

“Lo que nosotros hacemos es monitorear las comunidades. Independientemente de si podemos o no viajar, hacemos un trabajo de campo lingüístico-antropológico”

Era finales de marzo de 2020 y corrían los primeros días de aislamiento social preventivo y obligatorio en toda la Argentina. Se multiplicaban los avisos en las redes, los medios de comunicación y la vía pública con consejos de cómo practicar el distanciamiento social, higienizarse o reconocer los síntomas de una nueva enfermedad tan particular. En ese momento en que la mayoría de nosotres aprendió a toser en el pliegue del codo y a ser más conscientes sobre lo difícil que es no tocarse la cara. Sin embargo, una vez más, quienes acarrean las consecuencias más negativas son les más vulnerables. Para poder hacer frente a esto y aportar su grano de arena, en la provincia de Santa Fe un grupo de lingüistas encabezado por la Dra. Cintia Carrió elaboró junto con líderes de las comunidades qom y mocoví videos informativos para prevenir la difusión del virus en lenguas originarias. Desde la Red de Lingüistas en Formación (ReLiF) entrevistamos a la Dra. Carrió y a las licenciadas Micaela Lorenzotti, Lucila Santomero y Valentina Jara, integrantes del equipo de investigación, para conocer más a fondo cómo fue este proyecto y qué significa hacer lingüística in situ, es decir, cómo es el trabajo codo a codo con las comunidades mencionadas.

De izquierda a derecha: Florencia Gietz, Valentina Jara, Lucila Santomero, Micaela Lorenzotti,  Luisina Piovano, María Inés Rabasedas y Cintia Carrió.

Material audiovisual en lenguas qom y mocoví

Marisol de los Ríos (ReLiF): Ante todo, gracias por la entrevista. La idea de contactarlas surgió a partir de la nota que publicó Página 12 y también la web de la UNL sobre los videos que habían armado y nos pareció interesante difundirlo más. Además, desde la Red queremos darle lugar, visibilizar el trabajo en lingüística que se hace por fuera de Buenos Aires, abrir un poco más el panorama a todo aquello que se desarrolla en el interior, que por lo que sabemos es muy amplio.

Cintia Carrió: Claro. Sí, el centralismo de Buenos Aires es un problema, es un problema que nos preocupa incluso desde el interior porque el camino que tenemos para llegar a los medios masivos, que están todos en Buenos Aires, es más arduo para nosotros. O sea, lograr visibilizarnos es más difícil. Tanto es así que los videos sobre el COVID tuvieron cierto “recorrido”: primero se publicaron en prensa de la Facultad de Humanidades y Ciencias (Universidad Nacional del Litoral), luego también en el diario local de Santa Fe (El litoral) y por último en Página 12 como vos mencionabas antes. Bueno, el hecho es que la repercusión fue tal que hasta el Museo del Libro y de la Lengua recuperó la experiencia en un video sobre nuestro trabajo y lo presentó en una serie inaugurada por el Día Internacional de los Museos, que este año tuvo como lema: “Museos para la igualdad: diversidad e inclusión”.

ReLiF: ¿Cómo surge la idea de realizar videos en qom y mocoví acerca del coronavirus?

Micaela Lorenzotti: El “pedido” de hacer un video para comunicar medidas de prevención del coronavirus surge de algunas comunidades indígenas ubicadas al norte de Santa Fe. Son comunidades con las que tenemos un vínculo, visitamos hace años escuelas y hablantes de comunidades de esta zona en el marco de nuestras investigaciones. Nosotras tenemos una política de estar bastante en contacto con los actores con los que interactuamos: tenemos un vínculo con ellos. La primera semana de la cuarentena surgió esta necesidad de empezar a comunicarnos con los diferentes referentes de las comunidades para ver cuál era la situación, cómo estaban, entendiendo que iban a ser una de las poblaciones más vulnerables en un contexto de cuarentena y el cierre total de actividades y medios de transporte. Estas son comunidades que están alejadas de los centros urbanos. Yo particularmente trabajo con una comunidad qom de la ciudad de Santa Fe y me encargué de tener el contacto con esa comunidad. Cintia (Carrió) se comunicó con la comunidad de (la ciudad de) Berna. El referente de la comunidad de Berna nos había comunicado esta inquietud. Primero trabajamos con la comunidad mocoví y luego lo replicamos con la comunidad qom. 

ReLiF: ¿Este tipo de comunicación entre ustedes como investigadores y referentes comunitarios es habitual?

CC: Lo que nosotros hacemos es monitorear las comunidades. Independientemente de si podemos o no viajar, hacemos un trabajo de campo lingüístico-antropológico. En este contexto particular de la cuarentena, del aislamiento, inmediatamente nos dimos cuenta de que el aislamiento no iba a ser posible en ciertos lugares de la misma manera. Además, iba a haber consecuencias económicas y sociales de mayor impacto y de forma más rápida, porque la mayoría de las personas, sobre todo de las comunidades del interior, trabajan por changas o en trabajos esporádicos o de manera informal. 

ReLiF: ¿Cómo llegaron a la idea de realizar específicamente un video? ¿Cómo decidieron la manera de confeccionarlo y la selección del material que se acompaña?

CC: Al entrar en contacto con Robinson, uno de los referentes de la comunidad, me cuenta que le había hecho grabar un audio en mocoví a su hija, y que habían hecho circular eso en el barrio. Entonces, yo le comenté de la necesidad de grabar determinadas frases. Su respuesta fue: “lo que estaría bueno” —en estos términos— “es hacer un video”. Ahí decidimos hacerlo sin tener idea de cómo hacerlo. Cuando guioné el video, me comuniqué con las chicas [el resto de las integrantes del grupo de investigación] para ver cómo podía materializarse esto y ahí surgió también la idea de hacerlo en qom. En el barrio qom también estaban circulando algunos videos, pero eran más español que qom, y tenían mucha escritura. Nosotras teníamos muy claro que la finalidad era que los videos impacten en una población que no tiene acceso a la lectura. Es discutible, pero para nosotras era muy claro. Hay mucha población analfabeta o semianalfabeta, o analfabeta funcional, que no tiene acceso a una lectura fluida. En algunos casos no hablan español fluidamente. Entonces fuimos por la oralidad y el video desde ese sentido. Por otro lado, pensamos que tenían que ser videos cortos y claros, ya que la vía de circulación es el Whatsapp, porque es lo único que funciona, cuando funciona. No teníamos formas de conseguir imágenes y no había posibilidades de filmar a los chicos de allá [de la comunidad] porque estábamos en aislamiento. Se nos ocurrió recuperar las gráficas del Ministerio de Salud de la Nación y hacer un video pensado para la población en lengua de la población con la misma gráfica que teníamos en la folletería que estaba circulando. De parte de la comunidad fue como un voto de confianza porque ellos no tenían ni idea de qué íbamos a hacer. Cuando les mandamos el video, la respuesta del referente comunitario de Berna fue: “no tengo palabras”. Eso fue todo lo que me dijo y la verdad que nosotros lo hicimos muy rápido, con la intención de apoyar a las comunidades y decirles: “bueno, acá estamos”. Nunca dimensionamos que iba a tener el impacto que tuvo en los medios. 

Nosotras teníamos muy claro que la finalidad era que los videos impacten en una población que no tiene acceso a la lectura. Hay mucha población analfabeta o semianalfabeta, o analfabeta funcional, que no tiene acceso a una lectura fluida. En algunos casos no hablan español fluidamente.

ReLiF: En todo este tiempo vimos pocas iniciativas de este tipo. Ni siquiera de organismos oficiales, eso nos llamó la atención. Resalta mucho por contraste con esta falta. 

CC: Sí.

ReLiF: En relación al tema de los videos, también te queríamos preguntar por la circulación. ¿Saben si lograron difundirse entre las comunidades?

CC: Sí, circularon inmediatamente. Nosotras lo que buscábamos en principio era entregárselos a las comunidades. Yo fui el nexo con la comunidad mocoví del norte y el nexo con la comunidad qom de Santa Fe fue Mica (Lorenzotti). Los integrantes de la comunidad los distribuyeron según su criterio y unos días después los empezamos a difundir nosotros también. Igualmente, muchos de los lugares a los que nosotras los mandamos ya les había llegado antes, porque ambas comunidades tienen una cadena, una conexión a través de WhatsApp que es increíble.

ReliF: Buenísimo.

CC: Sí, la verdad que sí. Y hasta el día de hoy seguimos monitoreando, seguimos llamando todas las semanas y colaborando. Por ejemplo, en la comunidad qom de acá de Santa Fe se generó un merendero; tratamos en lo posible de ayudar, con todas las restricciones que hay… porque es muy difícil llegar, aun antes de la cuarentena. Entonces lo que hicimos fue acopiar algo de comida para la merienda, harina y demás, y fue toda una logística enviarla porque nosotras mismas no podemos ir. La comunidad de Berna, con la que hicimos el primer video, está a 340 kilómetros; ahí nos resulta más complejo lograr una colaboración directa.

Educación intercultural bilingüe (EIB)

En Argentina, tradicionalmente se ha alfabetizado a les niñes en español. Sin embargo, esta no es la única lengua que se habla en nuestro país. Con la reforma constitucional del año 1994 se reconoce “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas” y su derecho a recibir una educación que considere sus particularidades culturales y lingüísticas. La ley de educación nacional N°26.206, sancionada en 2006, establece la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) como una de las ocho modalidades del sistema educativo. La EIB implica la inclusión de contenidos tanto lingüísticos como culturales en los niveles inicial, primario y secundario de las instituciones educativas con población intercultural. A pesar de la legislación vigente, la realidad de las instituciones que cuentan con la modalidad dista de ser óptima. Micaela Lorenzotti, bajo la dirección de Ana Carolina Hecht y la codirección de Cintia Carrió, investiga en el marco de una beca doctoral del CONICET las relaciones entre las políticas lingüísticas y educativas en la provincia de Santa Fe y, específicamente, la modalidad de EIB.

ReLiF: Les quería preguntar, aprovechando que están acá las integrantes del equipo que se dedican a la educación intercultural, sobre la EIB: ¿cómo es en Santa Fe? ¿Hay varias escuelas dentro del sistema?

ML: En Santa Fe, al igual que a nivel nacional, tenemos la modalidad de educación intercultural bilingüe. En Santa Fe, desde el 2005, año en que se decreta la modalidad, hasta el 2016, solo cuatro escuelas estaban oficializadas como de EIB. De un total aproximado de unas 85 escuelas, según un registro de Nación, que reciben niños indígenas en su matrícula, solo tres se mantuvieron con la oficialidad de la modalidad durante ese tiempo. En los hechos, esto implicaba un cargo docente para un maestro idóneo y la participación en ciertos eventos organizados por el Ministerio de Educación como, por ejemplo, algún tipo de formación para estos maestros. De hecho, hubo una propuesta formativa en ese período. En el resto de las instituciones que reciben niños de comunidades indígenas, con el tiempo se fue logrando que los supervisores les habilitaran un cargo de docente para que lo ocupara un maestro idóneo de la comunidad. Las instituciones procuraban que esas personas tuvieran algún tipo de formación superior o, por lo menos, el secundario terminado. Se trataba de cargos que se encontraban frenados, o sea, que no se ofrecían en las titularizaciones para que nadie trasladara sus horas y el maestro idóneo no perdiera el cargo. 

ReLiF: ¿Qué ocurrió a partir de 2016?

ML: En el 2016 el gobierno reactiva la modalidad en Santa Fe y crea un equipo de educación intercultural bilingüe, dándole la modalidad a una cantidad de entre 19 y 20 instituciones de nivel primario y secundario, que ya venían trabajando con proyectos institucionales de EIB o que, aunque no tenían proyectos, tenían un número considerable de niños provenientes de comunidades indígenas. Se les dio la modalidad a las instituciones pero sin crear todavía los cargos. Esto fue así porque se activó un ciclo de formación para docentes idóneos que duró tres años y se esperaba que después se habilitaran estos cargos. Luego hubo un cambio de gestión y de bandera política en Santa Fe y, en consecuencia, la habilitación de los cargos quedó en suspenso. Las instituciones tienen la modalidad de EIB, pero no cuentan con los cargos para sus docentes idóneos

En Santa Fe no hay un currículum de educación intercultural bilingüe y tampoco hay producción de materiales desde el Estado.

ReLiF: ¿Cómo ves el panorama futuro?

ML: Yo estoy en la etapa final de la escritura de la tesis y mi período temporal de trabajo es justamente esta gestión. Será ver después qué está pasando en estas instituciones que han recibido la modalidad pero no tienen ni los cargos ni ningún tipo de orientación en términos de material. En Santa Fe no hay un currículum de EIB y tampoco hay producción de materiales desde el Estado. Hubo esa única capacitación, que fue una capacitación más pedagógica que lingüística. No fue una capacitación en lenguas, sino que la propuesta consistía en darle al idóneo algunas herramientas para trabajar con niños dentro de la escuela. Y el problema con el que se van a encontrar ahora es que por primera vez hay escuelas de educación secundaria en la modalidad, pero nadie sabe cómo va a ser la modalidad en un nivel en el que se está inaugurando. Ese es un poco el panorama.

ReLiF: Es un desafío entonces. Pensando también en los estudiantes, ¿cómo es la situación lingüística de los niños hablantes de esas lenguas? Creo que los más chicos de las comunidades mocovíes no hablan la lengua. ¿Puede ser?

CC: Eso varía mucho y depende de las comunidades, pero claramente dentro del grupo qom-toba la lengua es mucho más funcional y los más chicos son monolingües qom. Luego, con la escolarización, son bilingües. En el caso de las comunidades mocovíes, se da la situación contraria. En la mayoría de los casos, los hablantes mocovíes son adultos y, en muchas oportunidades, adultos mayores. No obstante, hay algunas comunidades del norte que tienen pequeños hablantes, pero en general la lengua es mucho menos vital. Estamos hablando de la provincia de Santa Fe; en Chaco, por ejemplo, la realidad es otra. 

MOQOIT

Los trabajos científicos con personas y comunidades muchas veces han tenido un carácter “extractivo” en el que les investigadores fueron al campo, recolectaron sus datos y volvieron a sus universidades o institutos sin darles nada a cambio a las comunidades en las que trabajaron, ni preocupándose por las consecuencias sociales de su investigación. Sin embargo, en las últimas décadas han surgido investigaciones en las que se les da una mayor participación a las comunidades. Muches investigadores se hacen cargo del vínculo que se crea con les otres. Generalmente este trabajo debe hacerse ad honorem, pagando del bolsillo de les propies investigadores y con casi nulo rédito profesional. Sin embargo, el compromiso con las comunidades es una impronta muy fuerte en el equipo de investigación que dirige la Dra. Carrió. Tras finalizar su tesis doctoral en 2011, este compromiso comenzó a materializarse en moqoit, un recurso lúdico-didáctico para la enseñanza de la lengua y la cultura mocoví. La construcción de este proyecto implicó conformar una comunidad interdisciplinaria de profesionales escuchando a las comunidades y ajustándose, ya no a la curiosidad científica, sino a los deseos, reclamos y necesidades de les otres.

ReLiF: Les quería preguntar por el proyecto moqoit.

CC: El “proyecto moqoit” es como un nombre de grupo, casi. La idea surgió cuando estaba escribiendo la tesis. Yo empecé mi doctorado más o menos en el 2004, 2005, y lo terminé en el 2009. Más o menos por el 2007 surgió la idea de hacer eso. Empecé a esbozar ideas y me di cuenta rápidamente de que no podía hacerlo. Primero porque no estaba preparada; necesitaba saber mucho más de la gramática del mocoví. Y segundo porque no podía ser un trabajo unipersonal, claramente. Entonces terminé el doctorado, gané una beca posdoc, tuve otra hija, y después de eso logré hacer como una red con una de mis mejores amigas (Natalia Bas), que tiene una pata en Letras y una pata en Informática. Con ella empezamos a amontonar amigos. Haciendo pizzas en casa, empezamos a diseñar el dispositivo. Fuimos atravesando diferentes etapas de diseño, que tenían que ver con la estética, con los colores, con las posibilidades de la programación y con lo que yo quería con la lingüística y con la lengua. Luego se incorporaron las chicas. Nunca tuvimos financiamiento hasta ese momento. Siempre lo hicimos pagando nosotros los viajes y demás. Hasta que finalmente logramos un financiamiento y ahí pudimos empezar al menos a trabajar un poco más. La financiación siempre es para los viajes y los insumos. Hoy en día, somos nosotras seis como lingüistas, aportando la mirada pedagógica y también didáctica. Tenemos una licenciada en Artes Visuales, que es la que se encarga del diseño; un ilustrador, que ejecuta; y un grupo de programadores. Estos últimos son de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas, donde está la carrera a distancia de Videojuegos. Es un trabajo que fue muy difícil lograr porque es muy complejo trabajar de manera interdisciplinaria. Una de las cosas que más nos costó fue lograr entendernos entre los informáticos, los de las artes gráficas y nosotras, porque todos queríamos cosas distintas. O sea, todos queríamos lo mismo pero acentuábamos distintas dimensiones.

ReLiF: ¿En qué cosas hubo diferencias de perspectivas?

CC: Nosotras queríamos que el dispositivo se escuche bien, que tenga fundamento lingüístico, porque nuestro objetivo era claro. Los de gráfica querían que la pincelada no se pixele y los programadores querían que cambie la dinámica de movimiento. Entonces fue muy difícil. Además, todos trabajamos ad honorem. El trabajo está muy bueno, es motivador, pero llega un punto en el que ponés las manos en la masa y te empezás a cansar. Por eso, hay que renovar el voto de confianza con el producto, con la idea y demás. Eso es duro. Y fuimos perdiendo gente en el camino por diferentes motivos. Porque, además, trabajar en equipo, un trabajo colectivo en serio, en el que tenés que ceder tanto como lo que exigís, fue realmente duro. Pero ahora tenemos al grupo bastante aceitado, aprendimos a trabajar en paralelo. Eso es muy importante también porque, si no, se retrasa mucho más.

ReLiF: Un material distinto al que se conoce, pero material…

CC: Exactamente. Podría haber sido un manual o un libro pero siempre tuvimos muy claro algunas cosas como alejar la estética del indio con taparrabo porque eso es como anclar al pueblo originario a un tiempo pretérito. Eso lo entendieron muy bien los chicos de gráfica. Pero además no es un libro, un manual, centramos la atención en la oralidad porque justamente esa es la potencialidad del multimedia. Lo que queríamos era recuperar las voces de los referentes, del pueblo. Entonces, las voces recuperadas son de hablantes nativos. 

ReLiF: ¿Cuál era el objetivo inicial del proyecto y cuál fue el resultado final?

CC: El objetivo inicial del proyecto era generar una especie de software educativo. Pero después no hicimos eso, sino que desarrollamos un multimedia o un hipermedia, un dispositivo multimedial que tiene unas pantallas que pretenden ser videojuegos. Digo “pretenden” porque es ambicioso. El trabajo es paulatino y ampliable. Vamos trabajando por partes y vamos obteniendo logros por fases. De hecho, queremos cerrar esta fase del trabajo para julio y luego ampliaremos más y tendrá más el tinte de un videojuego. Ahora, para eso, le falta cierta narrativa todavía. Lo que pasa es que tampoco es solo un videojuego, sino que, como dijimos, es un dispositivo multimedial cuya función es darle apoyo al docente idóneo. Es un dispositivo que elaboramos para que el docente ponga en funcionamiento dentro del aula, un insumo para operativizar dentro del aula.

Primero lo pensamos como un DVD porque no corría el Internet en las comunidades con las que trabajábamos. Cuando el dispositivo empezó a tener un tamaño mayor comenzamos a usar pendrives porque ya no nos entraba más en un DVD. Varios de los gastos del proyecto son, por ejemplo, para comprar pendrives, DVDs y demás. 

moqoit es un dispositivo multimedial cuya función es darle apoyo al docente idóneo. No es un libro, un manual; centramos la atención en la oralidad porque justamente esa es la potencialidad del multimedia. Lo que queríamos era recuperar las voces de los referentes, del pueblo. Entonces, las voces recuperadas son de hablantes nativos. 

ReLiF: Sé que el dispositivo tiene varias secciones.

CC: En el dispositivo los docentes, los interesados, los chicos o quien sea, tienen información sobre la lengua, tienen información legislativa sobre los pueblos y las lenguas y tienen una sección que se llama Relatos donde recuperamos relatos en mocoví. Esos relatos podés escucharlos en mocoví, ponerle un subtitulado en español o en mocoví. Para esta lengua, usamos tres alfabetos distintos porque este es otro tema, ya que en las comunidades no hay consenso sobre los alfabetos. Como nos retrasaba mucho el trabajo, primero empezamos trabajando con el alfabeto fonético internacional; después, cuando lograron cierto consenso en alguna de las comunidades, empezamos a trabajar con esos alfabetos.

Después hay una sección que es Multimedia. También hay otra sección que nosotros le llamamos Representaciones en donde se trabajan justamente los fonemas propios del mocoví. Vos podés escuchar ese fonema y verlo en distintas posiciones en las palabras y en una oración inserto, explicando por qué es importante el valor de los sonidos y demás y, después, si entrás a la sección del Juego nosotros los organizamos en campos semánticos.

Hay un campo semántico del cuerpo en donde lo que buscamos es trabajar los posesivos inalienables, o el campo semántico de la naturaleza donde, por el contrario, se pueden trabajar los sustantivos libres. Y hasta ahí llegamos. Y vas pasando etapas, pantallas: una formativa, otra de exploración y otra más evaluativa.

ReLiF: Les quería preguntar cuál fue la repercusión que tuvo cuando lo repartieron.

CC: Lo repartimos, pero te vas dando cuenta de las necesidades, no es suficiente repartirlo. Luego, tenés que ponerlo en ejecución. Hace ya como cuatro años que lo venimos repartiendo en las distintas versiones y hace dos que venimos dando talleres de formación. Siempre todo es ad honorem. Todo es trasladándonos a los lugares, a las escuelas, contando con la buena voluntad de los directivos que generan plenarias para eso y con la convicción de que vale la pena. Entonces, enseñamos cuáles son potencialidades porque lo que también introdujimos en el material son hitos culturales. Por ejemplo, mostramos de qué manera ellos pueden poner en relevancia la imagen de la iguana para trabajar la cultura, el estudio del cielo para trabajar la cultura. Es también un trabajo de capacitación docente en lengua y cultura, y en manejo de tecnologías también en muchos casos. 

Siempre todo es ad honorem. Todo es trasladándonos a los lugares, a las escuelas. Es también un trabajo de capacitación docente en lengua y cultura, y en manejo de tecnologías también en muchos casos. 

ReLiF: Implica mucho compromiso.

CC Aprendimos también a escuchar un poco a las comunidades. Cosa que no es para nada fácil. Lograr los consensos y demás. En uno de los tantos viajes que hicimos al norte, uno de los referentes comunitarios nos dijo: “acá lo que necesitamos es un diccionario”. Entonces, dijimos: “vamos a empezar a pensar un diccionario”. Ahora también estamos en ese baile. Estamos haciendo un diccionario. El problema es que el diccionario lo empezamos a mitad del año pasado, trabajamos hasta diciembre, en enero no trabajamos, retomamos en febrero y nos pasó esto [el aislamiento por la pandemia]. Pero, estamos haciendo un diccionario y ahí aparece también Lucila (Santomero) porque ella es un poco la encargada de revisar todas las definiciones que se encuentren en el diccionario y volverlas accesibles.

ReLiF: Claro, no tiene sentido si no las entienden. 

CC: Pensamos en más un diccionario que sea funcional en el aula, pensando en sexto, séptimo grado. Pensando siempre en alguien concreto, digamos. Las discusiones que se suscitaron en función de cómo armar el diccionario son fabulosas porque una de las características del mocoví o de las lenguas guaicurúes, el toba-qom igual, es que las raíces verbales siempre están ligadas, o sea que de nada nos sirve pensar en infinitivo. Hay que buscar otra estrategia. Así que ahí vamos, muy interesante. Y ahí estamos, armándolo. Ya hicimos como ochenta entradas. 

Para saber más acerca del proyecto moqoit podés escribir a moqoit.sf@gmail.com.

Desde la Red de Lingüistas en Formación agradecemos enormemente a la Dra. Cintia Carrió y a las Licenciadas Micaela Lorenzotti, Lucila Santomero y Valentina Jara por el tiempo y la predisposición. 



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